lunes, 18 de abril de 2011

IMAGEN EN MOVIMIENTO, SILVINA GONZÁLEZ SANMAMED

La publicidad de J´adore de C. Dior nos adentra en el corazón del número 30 de Avenue Montaige, con innumerables habitaciones, donde predomina el exquisito gusto por el oro y los diamantes que pueden reflejarse en los adornos que relucen en la gran mansión. En la gran mansión, se aloja una dama (Charlize Theron), que posee una gran belleza y sensualidad. La joven camina por las habitaciones de la casa Dior y se despoja de todas sus joyas y su vestido de Alta Costura. La muchacha nos desvela que el oro es frío, los diamantes están muertos, una limusina es un coche, admite que no miente y que lo único que es verdadero es el perfume. Por ello, nos revela que los objetos lujosos que aparecen en nuestras vidas carecen de valor cuando se comparan con J´adore. Por ello, la hermosa dama nos descubre un mundo donde lo material no posee ningún valor o al menos no es una parte fundamental en nuestras vidas sino que lo importante es gozar de la fragancia que nos trasmite Dior.
El conflicto de la dama se soluciona cuando decide perder sus pertenencias y alcanzar el perfume que le proporciona un mundo de sensaciones que el oro no puede ofrecer. Con la finalidad de dar una buena salida al producto, y como se ha detallado anteriormente, se pretende dar una imagen de un lujo al alcance de pocas clientas, dado que los diamantes, no son un objeto de fácil acceso para todo el mundo.
El culto al cuerpo: Aunque de manera indirecta, podemos inferir que este anuncio también envía un mensaje de valor estético: la mujer ha de estar delgada porque de ello depende el ideal de belleza. La presencia del lujo y la elegancia: Tanto en la mujer como en el perfume garantiza una imagen seductora, con clase y distinción que llama la atención de la consumidora y que la envuelve en un mundo de belleza y poder, que la cautiva para que adquiera el perfume. El ideal de prestigio y poder: Que se alcanzan cuando la mujer adquiere el producto y al utilizarlo se convierte en una mujer más fuerte, más segura y mas bella. El ideal de belleza: Como elemento clave para el triunfo en la vida, asociada al producto. Por ello, al utilizar el perfume de J´adore la mujer se siente bella aunque físicamente no ha cambiado pero psicológicamente se ve mas bella incluso puede imitar los gestos o actitudes del personaje que aparece en la portada del perfume. Culto al cuerpo: La utilización del perfume de J´adore revela que la mujer cuida su cuerpo, le ofrece delicados cuidados porque ama su cuerpo y pretende dar una imagen bella ante los ojos de los demás. Culto a la fama: La utilización de un personaje famoso, en este caso, de la hermosa actriz Charlize Theron, dota a la imagen del producto de una aureola mágica. Utilización de la fama como suprema aspiración humana, es decir, si una mujer no es reconocida mundialmente utiliza este perfume y se siente famosa porque lo anuncia un personaje famoso. Sexualidad mercantilizada: El perfume garantiza el triunfo sexual. La marca como manifestación de prestigio: En este caso, se valora mas la marca (Christian Dior) que la calidad intrínseca del producto. Por ello, el precio del producto se ve afectado por el gran poder que posee la marca.

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